lunes, 6 de abril de 2020

40 ratones



Cuarenta ratones había en mi casa.
Cuarenta ratones... ¿quién se los llevó?
Ya no los encuentro sobre la alacena,
ni los veo nunca por el corredor.
La gata Merengue anda como loca,
los busca incansable por cada rincón.
Cuarenta ratones marrones, marrones.
Cuarenta ratones glotones, glotones.
Cuarenta ratones ladrones, ladrones.
Cuarenta ratones panzones, panzones.
Mi abuela Francisca dice que una tarde
vino un hombre malo y se los llevó,
dice que un flautista les prometió queso,
facturas, bizcochos, tortitas, turrón
y que ellos se fueron con ese flautista
confiando comerse lo que prometió.
Marian Motta

Lope de Vega, poesía sobre ratones



Juntáronse los ratones

para librarse del gato,

y, después de un largo rato

de disputas y opiniones,

dijeron que acertarían

en ponerle un cascabel;

que andando el gato con él

guardarse mejor podrían.

—¡Pensamiento agudo a fe! —

dijo un ratón literato,

fingiendo cojear de un pie—:

¡A ver, señores!, ¿quién le

pone el cascabel al gato?

( Lope de Vega)

viernes, 27 de diciembre de 2019

DULCE ESPERA II



Nerina Canzi

MENÚ ITALIANO


Nerina Canzi


GATOS - CATS . Nerina Canzi

MANZANA DELICIOSA


DULCE ESPERA I


LIBROS - BOOKS


miércoles, 22 de agosto de 2018

SUSPENSO


Ilustración ,Nerina Canzi para ed. Aique (Manual de Lengua)

El blanco fuego de la Luna


Antes llovió y llovió, hasta que la tierra se llenó de agua y la gente tuvo
que subir a una montaña para no ahogarse.
Y llovió y llovió más, con fuerza.
La gente tenía hambre, estaban a punto de morir, hasta que en la
montaña se refugiaron también unos guanacos, peludos y avestruces, y al
menos así los hombres pudieron salir a cazar. Al anochecer regresaron al
refugio con la comida.
Pero necesitaban leña seca para cocer la carne que habían cazado. Así que
decidieron cruzar hasta otro cerro, donde no hubieran llegado las últimas
lluvias.
El aire de la noche era muy negro, así que le pidieron al Sol que les
alumbrara el sendero durante la noche, para no ahogarse en las muchas
lagunas que se habían formado con la gran lluvia.
El Sol estaba descansando y no quiso ayudar a los hombres, pero le dio un
manojo de fuego a su esposa, la Luna, y le pidió que los acompañara, y que
alumbrara desde el cielo a la gente y los senderos de la noche.
En ese entonces, la Luna era igual de brillante y dorada que el Sol; pero
como la Luna se puso en camino mientras aún llovía, el fuego que llevaba en
las manos se le enfrió, se volvió blanco y pálido. Todavía iluminaba, pero ya
no dio calor.
A pesar de que la Luna se entristeció, no quiso dejar a oscuras el camino y
continuó iluminando a la gente con su luz fría.
Así, los hombres pudieron conseguir leña y cocer los alimentos y resistir
en la montaña, hasta que por fin las nubes se cansaron de llover y el cielo se
volvió limpio y azul.
Entonces, las grandes agua bajaron, y los mapuches pudieron bajar a los
valles y los campos, y comenzar a vivir una vida un poco menos dura. Pero
siempre recordaron la ayuda que les había brindado la Luna durante aquella
larga noche en la montaña.
Mito mapuche, versión de Patricio Killian y Sebastián Vargas.Ilustración, Nerina Canzi .Próximo manual de Lengua (6º grado) Ed. Aique

jueves, 4 de enero de 2018

REFLEJOS


Me dijo : tengo miedo de este mundo
Le dije : ¿por qué?
Me dijo : todo parece ir demasiado rápido .
Respondí : ¡pero si aún no cumpliste siete años!
Respondió : entonces no me pregunten más qué quiero ser cuando sea grande.

Carlos Skliar (ilustración ,Nerina Canzi)

jueves, 9 de noviembre de 2017